lunes, 30 de agosto de 2010

III. Hay algo más... Algo Elusivo...
“La situación aquí no es lo que parece.  Hay algo más detrás de todo esto....”

— Qui-Gon Jinn,
La Amenaza Fantasma
Creo que ya demostré que la acusación principal que implica que La Amenaza Fantasma  tiene una historia superficial y juvenil está completamente errada, pero ahora voy a llevarlo un paso más allá.  Voy a utilizar mis habilidades analíticas y construiré un examen intenso acerca de las muchas capas de subtexto, simbolismo y sutileza que están profundamente entrelazadas en la película.  Advertencia: si usted, querido lector, no tiene paciencia para los métodos del profundo análisis textual y tiende a gruñirle a la gente que “sobre-analiza” una obra de ficción hecha para entretener, le recomiendo que paren ahora y esperen la publicación del Episodio IV de éste ensayo.  Pero si tiene una mente abierta y le interesa leer una interpretación de los verdaderos significados e implicaciones del Episodio I, entonces siga leyendo. 

Dualidad y Simbiosis
"La dualidad es uno de los temas principales del filme” comentó George Lucas en una entrevista.  La dualidad es la cualidad de tener dos partes o dos lados.  Es evidente que la dualidad es de hecho un tema prominente en el subtexto de toda la Saga de Star Wars. Puede verse en el lado de la luz y el lado oscuro de La Fuerza, en el conflicto entre el gigante Imperio contra la pequeña Alianza Rebelde y en la relación entre la tecnología y la humanidad.  Pero La Amenaza Fantasma  explora la dualidad mucho más profundamente y con más claridad que los episodios previos.

Puede existir una dualidad interna en una misma persona, al igual que una externa entre dos personas, dos grupos o dos conceptos que conforman un todo.  La simbiosis es otra forma de dualidad entre dos personas o grupos, especialmente cuando las dos partes son dependientes una de la otra para beneficiarse mutuamente.  Hay una gran variedad de dualidad y simbiosis evidenciada en los personajes y elementos de la trama en La Amenaza Fantasma

Las Tres Dualidades
El ejemplo más importante de dualidad en la película está en Anakin Skywalker.  Lo interesante es que sólo uno de sus dos lados se manifiesta en el Episodio I, pero sin embargo, su eventual dualidad es intensamente palpable.  La audiencia que sabe que Anakin se convertirá en Darth Vader no dejará de pensar acerca de su futuro mientras ve a ese niño inocente.  El conocimiento del público que ve la cinta arroja un tono siniestro y trágico a toda la película.  Imagínense que diferente sería todo si vieran La Amenaza Fantasma sin ningún conocimiento previo del universo de Star Wars…  Aún podrían deducir, gracias a los comentarios del Consejo Jedi y una que otra pista aquí y allá, que Anakin podría volverse “malo” pero la película ciertamente se sentiría mucho más ligera y relajada si la vieran sin la imagen tenebrosa de Darth Vader revoloteando en su cerebro.

Anakin representa el lado extremo del bien y el lado extremo del mal, ambos unidos en uno.  En un nivel su postura es la inocencia que todos poseen cuando niños, incluso los criminales, asesinos y dictadores.  Anakin encarna todo el potencial para el bien y el mal que todos poseemos, potenciales cuya realización depende de las elecciones que hagamos en la vida.  Pero Anakin es mucho más complejo que eso, después de todo él es el elegido que traerá balance a La Fuerza, así que hay muchos aspectos de su dualidad que son únicos.  Su conteo de midi-clorians, su crianza en Tatooine y su condición de esclavo liberado influenciará su relación con el mundo que le rodea de muchas maneras que exploraré un poco más adelante.  

Como contraparte a la dualidad de Anakin, la película presenta otros casos importantes de dualidad dentro de una persona.  Apropiadamente, son dos.  Ambas son personas con las que Anakin tendrá una relación cercana en el futuro: una de ellas será su esposa y la otra será su Maestro. 

La dualidad de La Reina Amidala es aparente: Es a la vez la fría monarca y la compasiva dama de compañía Padmé. Mientras que Anakin representa la dualidad del bien y el mal, Amidala demuestra el ser interno contra el ser externo y la emoción contra el protocolo social.

Amidala depende de su posición como reina para resolver los problemas que enfrenta cuando la Federación de Comercio invade a Naboo.  Ella ha sacrificado voluntariamente su individualidad a la pompa y circunstancia que dicta la tradición de Naboo, confiada en que su adhesión a las costumbres la convertirán en una líder fuerte.  Pero cuando su petición al Senado resulta inefectiva, Amidala es forzada a enfrentar las limitaciones de su posición.  No es suficiente ser sólo una Reina, para encontrar la solución, debe mirar dentro de si misma y ser ella misma.

Su personalidad como Padmé es básicamente un disfraz que Amidala adopta por razones de seguridad.  Luego descubrimos (probablemente al mismo tiempo que Amidala) que lo opuesto es lo real: el rostro pintado y los cambiantes vestidos ceremoniales son el verdadero disfraz, la verdadera “medida de seguridad” y es Padmé la que representa quién es ella en realidad.

Después que ella toma la decisión de regresar a Naboo, las dos mitades de la personalidad de Amidala se funden en una sola.  Ahora ella combina su compasión y su rebeldía como Padmé con su autoridad y seguridad como reina. En la reunión con el líder de los Gungans, Boss Nass, Amidala se “deshace” del rostro pintado y de la identidad secreta para poder actuar como reina bajo sus propios términos.  Harta de la política y la duplicidad de La República, Amidala no necesita más señuelos y ceremonias pomposas (que eran sus propios trucos para confundir)  Su viaje a Coruscant le enseñó a la Reina el valor de ser fiel a sus convicciones personales y ser honesta con aquellos que la rodean.  Ella ha visto que la república “ya no funciona” y está determinada a convertirse en un mejor líder que esos políticos rastreros, como por ejemplo, su propio Senador. 

Lo que nos trae a Palpatine, la otra figura de dualidad importánte en contraste con Anakin.  El Senador de Naboo es un Señor Oscuro de los Sith y se hace llamar Darth Sidious. La audiencia lo conoce por un tercer nombre, el que será su futuro título: Emperador. Y también podría llamársele, sin temor a estar equivocados, La Amenaza Fantasma. Cualquiera que sea su verdadero nombre, Palpatine es un hombre lleno de maldad y vileza y el Episodio I nos muestra las raíces de su corrupto ascenso al poder.

Palpatine es un maestro de la confabulación y la duplicidad.  Su meta es lograr que los Sith acaben con los Jedi y tomen el control de la galaxia.  El sabe que no puede esperar lograr su toma de posesión abiertamente y por la fuerza bruta (especialmente si sólo pueden haber dos Sith a la vez) pero está convencido que pude lograrlo mediante el engaño.  Palpatine eligió jugar el juego de la política para alcanzar sus oscuros propósitos.  Ha cultivado una imagen creíble como Senador, una posición que podría utilizarse para lograr el puesto de Canciller Supremo y desde allí, podría gradualmente someter a La República a su propio imperio fascista.  Y nosotros sabemos que lo logrará.

En la misma tradición de tantos jefes criminales y tiranos, Palpatine tiene al parecer una amplia red de agentes y subordinados haciendo el trabajo sucio por él, de esa forma, los Sith se mantendrían invisibles y Palpatine tendría las manos limpias. Cuando debe interactuar directamente con sus asociados, ellos lo llaman Darth Sidious, pero irónicamente, ése “disfraz” que lo oculta es en realidad su verdadero ser.

Sidious forma una alianza con los imbéciles representantes de la Federación de Comercio, que piensan que su agresión hacia Naboo les traerá grandes ganancias.  Pero Sidious en realidad los está utilizando como peones en un plan elaborado para lograr que lo elijan Canciller.  Él orquestó el bloqueo contra Naboo y, al mismo tiempo, fabricó la resistencia burocrática en el Senado para alargar los procedimientos para tomar acciones contra la Federación de Comercio.  Está haciendo que ambos lados peleen entre ellos y sacrificando el bienestar del pueblo de Naboo sólo para provocar resentimiento contra el inocente Canciller Valorum y despertar simpatía hacia Naboo, lo que aumentaría considerablemente su popularidad en las próximas elecciones.

Cuando la Federación de Comercio es vencida y vemos esa gran celebración por la paz en Naboo, pareciera que los buenos ganaron… pero en realidad el villano fue el verdadero encedor.  Es cierto, perdió a su aprendiz, pero encontrar otro no le resultará problemático.  De hecho, ya sabemos que lo hará. 

Siempre dos, son...
Volveré a la relación entre Anakin, Amidala y Palpatine luego, pero ahora, veamos algunos de los casos de dualidad entre otros personajes de La Amenaza Fantasma.  Primero, tenemos a Qui-Gon Jinn y a Obi-Wan Kenobi.  Podemos ver que la relación entre maestro y aprendiz es una muy íntima, basada en el respeto mutuo y la confianza.  Obi-Wan es un leal y obediente Padawan en general, pero hay momentos en los que no está de acuerdo con su Maestro. 

La mayor fuente de fricción entre ellos es la naturaleza rebelde e independiente de Qui-Gon, cosa que siempre lo pone en desacuerdo con el Consejo Jedi.  Obi-Wan cree en adherirse a las normas ortodoxas de los Jedi y no teme criticar a su Maestro por sus puntos de vista liberales. Qui-Gon está mas conectado con “La Fuerza viviente” del aquí y el ahora que la mayoría de los Jedi, lo que lo hace ser más impulsivo y más propenso a hacer lo que mejor le parece.  Sus discusiones nos muestran que hay algún tipo de desacuerdo entre las filas de los Jedi e introduce la posibilidad de que el pensamiento convencional Jedi en lo que respecta a ciertas cosas, podría ser cuestionado e incluso errado.

Al final de La Amenaza Fantasma, Obi-Wan ha perdido a Qui-Gon y se ha convertido en todo un caballero Jedi por su propio medio.  Pero más allá de eso, Lucas nos dice que “para el final del filme, él se ha convertido en Qui-Gon, adoptando su personalidad rebelde y sus responsabilidades” Ya veremos, cuando les hable del Episodio II, cuánto ha resuelto Obi-Wan la dualidad que previamente existía entre él y su Maestro.

El siguiente y muy importánte dúo de la película es el negativo del compuesto por Obi-Wan y Qui-Gon: Darth Sidious y Darth Maul, los Oscuros Señores del Sith. Ellos también son maestro y aprendiz, pero al contrario de las filas de los Jedi, que se cuentan por los miles, estos dos Señores del Sith son todo lo que componen su orden.  (En el Episodio V de éste ensayo, abordaré el tema de por qué sólo pueden ser dos Sith a la vez) 

No aprendemos mucho acerca de la relación entre Sidious y Maul, pero podemos ver que se complementan el uno al otro como el ying y el yang. Maul es el salvaje silencioso, siempre listo para la acción y el ataque, mientras que Sidious es el calculador y calmado conspirador, elaborando planes desde las sombras.  El aprendiz hace el trabajo sucio por el maestro, quien se mantiene escondido en otro lugar.  Ésta podría ser una táctica necesaria para asegurar la supervivencia de los Sith, parecido a como un presidente y un vice-presidente tratan de mantenerse separados, para que no los puedan matar a los dos a la vez.

La muerte de Maul deja un vacío que inevitablemente nos hace pensar en el hecho que Anakin eventualmente llenará la vacante de aprendiz de Sith.  Anakin no será el sucesor inmediato de Maul, porque su transformación y caída no se dará hasta el Episodio III y alguien debe ser el antagonista en el Episodio II, pero el presagio de Vader está allí, en la ausencia de Maul y nosotros sabemos que Palpatine ya debe tener al joven Skywalker en la mira como potencial candidato.

Anakin inicia relaciones de dualidad con tres personas clave en La Amenaza Fantasma: Obi-Wan, su nuevo Maestro; Amidala, su futuro amor y Palpatine, su futuro Maestro Sith.  Es cierto que Anakin apenas acaba de conocerlos a todos para el momento en que ruedan los créditos finales, pero su conexión con cada una de esas personas se desarrollara para formar el quid de las siguientes dos películas. 

Círculos Simbiontes
La simbiosis entre dos grupos es un motivo frecuente durante La Amenaza Fantasma.  En dos oportunidades, la palabra “simbionte” es dicha en el diálogo: Obi-Wan señala el círculo simbiótico entre el pueblo de Naboo y los Gungans y Qui-Gon explica que los midi-clorians son simbiontes con todas las formas de vida.

Adicionalmente, existe una simbiosis entre los Jedi y La República, entre los Sith y la Federación de Comercio y entre el Senado y los sistemas que lo conforman.  En todos estos casos, cada uno depende del otro para ayudarse si quieren prosperar y alcanzar sus metas.  Pero claro, la cooperación que encontramos en estas simbiosis no es siempre armoniosa. 

El pueblo de Naboo y los Gungans son dos razas inteligentes que comparten el planeta, pero han construido una muralla de prejuicios y separatismo entre ellos.  Cada grupo ni se molesta en pensar en la existencia del otro, ni siquiera cuando una amenaza externa pone en peligro el planeta entero.  Es sólo cuando se dan cuenta que dependen el uno del otro y unen sus fuerzas que logran recuperar su libertad.

Los Jedi y La República han estado trabajando juntos por mil generaciones para preservar la paz y la justicia en la galaxia.  Esa simbiosis representa un balance entre las leyes de la política (representadas por el Senado Galáctico) y las leyes de la naturaleza (reveladas a través de La Fuerza)  Estas dos series de leyes no siempre van a estar de acuerdo y una siempre va a dominar sobre la otra.  Los Jedi parecieran haberse vuelto complacientes y consecuentes a la voluntad de La República, necesitando de la aprobación del Senado antes de poder tomar algún tipo de acción seria.  Palpatine se aprovechará de éste desbalance para conseguir la casi completa erradicación de la Orden.
 
Los Sith y la Federación de Comercio tienen una relación simbiótica engañosa y egoísta.  Palpatine depende de los Nemodianos (que no son muy brillantes que digamos) para ser la entidad pública que le ayude a ejecutar sus planes, y aparentemente, la codiciosa Federación está bajo la impresión de que su beneficio será bastante alto económicamente gracias al trato acordado con los Sith… Pero está claro que Palpatine nunca tuvo la intención de recompensarlos por su ayuda.  Nute Gunray y sus secuaces son eventualmente enjuiciados mientras que, no muy lejos de allí, el Canciller Palpatine se hincha de orgullo en su nueva oficina.  Él utilizo a la federación de Comercio para cumplir sus propios propósitos y luego la arrojó a los perros.  La traición de Palpatine contra sus “socios” es un presagio de lo que hará con La República y con los Jedi. 

La simbiosis entre La República y los sistemas que la conforman es uno de los temas de mayor alcance en La Amenaza Fantasma.  Existe una dicotomía establecida entre los mundos que son de La República y los mundos que no lo son, en los linderos exteriores.  Los sistemas “republicanos” poseen los derechos de paz y libertad garantizados, además de gozar de la protección de los Jedi, mientras que los planetas que conforman  los linderos exteriores no.  Los Jedi están muy conscientes de los casos de esclavitud y otras injusticias perpetradas en los linderos de la galaxia, pero no están dentro de su jurisdicción.  Se supone que los Jedi siguen el camino de La Fuerza, pero La Fuerza no obedece límites políticos, pues representa el bien universal.  El respeto de Qui-Gon por la voluntad La Fuerza por encima de la voluntad de La República es lo que le mereció su fama de “rebelde” y “temerario” y serán esas tendencias las que prevalecerán en el antiguo esclavo Anakin cuando se convierta en Jedi y ese conflicto sobre los principios de su Orden jugará una parte importante en su caída al Lado Oscuro. 

En realidad, Naboo es un mundo atrapado en el medio del espectro… es mitad miembro de La República y mitad no.  Está cerca de Tatooine, así que se podría decir que está en una región más alejada de su alcance.  Sólo la gente de Naboo que pertenece al reino de Amidala tienen representación en el Senado; los Gungans no tienen conección alguna con éste y ciertamente el Senador Palpatine no habla en nombre de ellos.  En Coruscant, Amidala descubre que la membresía de Naboo como parte del sistema no significa nada para ella, ya que el Senado no piensa ayudar a su planeta invadido.  La República es una ilusión vacía, desprovista de las nobles virtudes que aparenta poseer en su exterior, igual que el Senador Palpatine.

Para subrayar todos los círculos simbiontes representados en La Amenaza Fantasma, la película está llena de imágenes simbólicas de círculos.  En todos los lugares importantes de reunión, donde se hacen las peticiones de ayuda, los miembros del grupo están sentados en círculos: la corte de Amidala en Theed, la corte de Boss Nass en Otho Gunga, la cámara del Concejo Jedi, el gigantesco domo del Senado de La República e incluso la humilde mesa en donde conversan Ankin, su madre y sus nuevos amigos en su hogar de Tatooine. Incluso las naves de batalla de La Federación de Comercio tienen forma circular.  Por si fuera poco, toda la trama sigue un patrón circular también: comenzamos en Naboo, luego damos un paseo por los planetas más bajos en la cadena alimenticia, pasando por los más altos y terminamos en Naboo de nuevo. 

La Situación Se Ha Vuelto Más Complicada.
Bueno, ahora que ya hemos delineado todas estas diferentes dualidades y relaciones simbióticas, miremos un poco más de cerca y veamos cómo encajan y se entremezclan durante el transcurso de la película.  Recuerden que Anakin, Amidala y Palpatine son las tres figuras primarias de dualidad en La Amenaza Fantasma y consideren las relaciones que se desarrollan entre ellos.  Sería de utilidad pensar en Amidala y Palpatine como polos opuestos, con Anakin balanceándose en el medio de ellos. 

Al comienzo de la cinta, Palpatine se está comunicando con Amidala vía holograma.  Ambos son líderes de Naboo, pero están distanciados tanto física como filosóficamente.  El holograma de Palpatine nos recuerda al holograma de Darth Sidious que apareció en la escena anterior, señalando sutilmente que ambos son la misma persona (y los fantasmales hologramas también simbolizan el hecho que Palpatine/Sidious es la amenaza “fantasma” a la que hace referencial el título del filme)  Adecuadamente, las primeras palabras de Palpatine hacia Amidala en esta escena son mentiras.  Su transmisión falla, se distorsiona el audio y sus palabras se vuelven ininteligibles, como demostrando su falsedad. 

Luego que los Jedi rescatan a Amidala y a su séquito cuando los llevaban hacia los campos de prisioneros, ella acepta la oferta de Qui-Gon (estando ya en su disfraz de Padmé, mediante una señal de consentimiento) de acompañarlo a Coruscant.  De esa forma, el viaje de Amidala hacia Palpatine se convierte en el motivo principal de la película.  Palpatine no quiere que ella lo haga, claro, quiere que firme el tratado y se quede en Naboo, donde no pueda interferir con sus maquinaciones.

También podría interpretarse la película diciendo que La Fuerza tampoco quiere que Amidala llegue a Coruscant. Veamos: si confiamos en los Jedi y su filosofía de que nada ocurre por accidente, entonces existe una razón por la cual la Nave Real tenía que parar en Tatooine.  Es como si La Fuerza supiera que había algo extraño entre Amidala y Palpatine que debía que resolverse, ¿cierto? así que se manifestó y arrojó a Anakin Skywalker en la olla. 

Qui-Gon es el responsable de llevar a Anakin ante los Jedi, pero Amidala recibe el crédito de haber hecho el primer contacto con el joven Skywalker.  Anakin y Amidala parecen formar un vínculo inmediato (sí, el antiguo y proverbial “amor a primera vista” aún y cuando probablemente ninguno de los dos se han dado cuanta de ello todavía) "¿Eres un ángel?” le pregunta él… Vaya, pues que galán el muchachito, ¿no?  Lo interesante es que Qui-Gon ignora por completo a Anakin la primera vez que lo ve en la tienda de Watto y es sólo porque el niño prácticamente se va corriendo detrás de Padmé que el Maestro Jedi lo nota de verdad. 

Anakin también está simbólicamente conectado a los soles gemelos de Tatooine.  Los fans mas acérrimos de Star Wars conocen o están familiarizados con los primeros borradores de Lucas para el Episodio IV, donde citaba una profecía escrita en el llamado “Diario de los Whills” que dice: “… Y en la época de mayor desesperanza llegará un salvador y será conocido como EL HIJO DE LOS SOLES”  Esta podría o no ser parte de la fulana profecía del elegido que traerá balance a La Fuerza… quien sabe, pero curiosamente, en la celebración en Coruscan, al final de la edición especial de El Retorno del Jedi, puede escucharse una voz muy baja y débil gritando: “¡El Hijo de los Soles! ¡El Hijo de los Soles!”… Interpreten eso como ustedes quieran.  Pero no sólo es Anakin el “Hijo de Los Soles” el joven Skywalker es en sí mismo un sol, en cuanto a su potencial con La Fuerza, que brilla con un poder aún no alcanzado.

Cuando la ya reparada nave resume su viaje hacia Coruscant, Anakin siente frío mientras se aleja de los soles de Tatooine, en parte porque, como le dice Padmé “El espacio es frío” pero tal vez también en parte porque siente una especie de premonición de que ha comenzado su viaje hacia un destino oscuro.  Padmé trata de consolarlo y comparte un agridulce momento con él.  “Muchas cosas cambiarán cuando lleguemos a la capital, Ani” le dice.  Ella se da cuenta que su verdadera identidad le va a impedir continuar su amistad con Anakin y se puede notar cómo lamenta el hecho que su dualidad la oblige a tomar decisiones entre su vida personal y su rol público como reina. 

Cuando la nave real llega finalmente a Coruscant vemos que es avanzada la tarde y el sol se ve brillante.  Esto simboliza la llegada de Anakin Skywalker.  Las tomas de ángulos bajos durante la conversación con el Canciller Valorum y Palpatine en la plataforma de aterrizaje nos dicen que consideremos la escena desde el punto de vista de Anakin. Al final, él será la persona más importante desembarcando de la nave (especialmente para Palpatine) pero ahora es totalmente ignorado.  Padmé le sonríe y Qui-Gon le coloca un brazo sobre los hombros, lo que demuestra que ellos son los únicos que reconocen su valor.  Él es El Elegido, el Hijo De Los Soles… pero para el establecimiento político de La República él es sólo un niño insignificante proveniente de un pobre y desolado planeta en los linderos exteriores… nadie importante. 

Es especialmente significativo que Jar Jar Binks también sea ignorado junto a Anakin.  Palpatine sabe quienes son los Gungans y debe darse cuenta lo inusual que es ver a uno en Coruscant, por lo que el acto diplomático correspondiente sería darle la bienvenida a la capital, pero Palpatine ni siquiera lo mira.  Anakin y Jar Jar representan a los desamparados, los que están más allá de las preocupaciones de La República… la clase baja.

Ahora regresemos a la muy importante relación que se desarrolla en el trasfondo de todo esto: Amidala y Palpatine, que finalmente se ven cara a cara.  Es verdaderamente intrigante lo mucho que se necesitan.  Amidala necesita que su Senador convenza a La República de ayudar a Naboo, mientras que Palpatine necesita que ella firme el tratado y consienta la invasión de la Federación de Comercio.  Ninguno de los dos tiene éxito en obtener favores del otro, así que, al final, ambos adoptan soluciones alternativas. 

Palpatine se da cuenta que Amidala es mucho más voluntariosa y decidida de lo que pensaba y que no va a rendirse ante la Federación de Comercio sin pelear.  Así que, en lugar de seguir dependiendo de la firma del tratado y de retrasar los procedimientos políticos en el Senado, la manipula para que pida un voto de “no-confianza” para el Canciller Valorum, que era el objetivo final de Palpatine de todas formas. Necesitaba sacar a Valorum del camino para poder tomar control de La República, sin importar como.

Amidala no tiene idea de las maquinaciones de Palpatine, pero definitivamente se da cuenta que el Senado está lleno de farsas.  Su fe en La República ha sido quebrada y ya no confía ciegamente en su Senador… pero aún no ha decidido cuál será su siguiente paso. 

Mientras tanto, Anakin se enfrenta a un rechazo muy similar al que sufrió Amidala.  El Consejo Jedi lo examina para determinar si puede y debe ser entrenado para ser un Jedi, como lo solicitó Qui-Gon.  La escena ocurre al atardecer, donde vemos que el sol de Coruscant forma una bola de fuego gigante detrás de Anakin que se refleja directamente en los ojos de Joda y Mace Windu.  Claramente eso simboliza como el inmenso y aún no explorado poder de Anakin ciega al Consejo Jedi.  Luego de la prueba, vemos como el sol se oculta en el horizonte y el atardecer se arroja sobre Coruscant.  Esto es una premonición acerca de la decisión final del Consejo respecto a Anakin, pero representa mucho más que eso.  Estamos viendo el sol ocultarse en La Antigua República, figurativa y literalmente… sus días de gloria han terminado y la oscuridad está a punto de llegar. 

En la siguiente escena, recibimos la noticia de que Palpatine ha sido nominado como sucesor del Canciller Valorum.  Ahora está a sólo un paso de su meta y La República está a un paso del colapso.  Pero Amidala no se deja engañar.  La idea de Palpatine como Canciller no la anima de ninguna manera.  Por la expresión de su rostro, pareciera que la idea incluso le disgusta.  La República es irrelevante para ella ahora, sin importar quién esté a cargo.  Con un poco de inspiración de Jar Jar, decide regresar a Naboo y lidiar con la crisis bajo sus propios términos. 

Regresamos entonces al Consejo Jedi, donde el cielo que puede verse por las enormes ventanas muestra la oscuridad de la noche.  La decisión del Consejo es que Anakin no será entrenado bajo el pretexto de que es muy viejo y hay mucha ira y miedo dentro de él.  Pero el Consejo parece estar sufriendo de miedos por su cuenta.  Anakin personifica todas esas cosas que los Jedi temen más que a nada: lo desconocido, lo indomable, el mundo más allá de su control. 

Viniendo de un pequeño planeta de los linderos exteriores, fuera de La República y mas allá de la zona de jurisdicción de los Jedi, Anakin representa esa vergüenza que ellos sienten por permitir que los seres que viven en los sistemas sin ley ni control de La República sufran.  Siendo la forma de vida con la mayor concentración de midiclorians que se ha visto, criado en un ambiente emocional y de condiciones de vida difíciles, Anakin representa el potencial ignorado de esos sistemas, que podrían volverse más poderosos que La República y que los mismos Jedi.  Anakin obliga al Consejo a enfrentar la realidad: los Jedi no tienen un monopolio sobre La Fuerza.  Él es todo aquello que los Jedi preferirían ignorar, encerrar bajo llave y luego olvidar.  Si consideramos todo esto, no debería sorprendernos que el Consejo inicialmente se negara a aceptar al chico como parte de su Orden. 

Pero el destino de Anakin se determinará luego, ya que Amidala y los Jedi regresan a Naboo.  En el proceso de formar una alianza con los Gungans, Amidala se despoja de su doble identidad y deja que su verdadero ser salga para manejar la situación.  Al mismo tiempo, Palpatine utiliza su “plan B” ya que no logró que la reina firmara el tratado, pero al final ella logra rescatar a Naboo de las garras de la Federación de Comercio.  Por supuesto esa victoria se debe, en gran medida, a la inesperada asistencia de Anakin.  Aquí, nuevamente vemos como La Fuerza interviene en el conflicto entre Amidala y Palpatine colocando al “elegido” en la ecuación. 

Dense cuenta de las diferentes maneras en que Amidala y Palpatine encuentran soluciones cuando son confrontados con problemas difíciles.  Amidala triunfa despojándose de su dualidad (su disfraz) y eligiendo ser ella misma.  Palpatine, logra su meta adoptando su dualidad (sumergiéndose más en su saco de mentiras y engaños) Ambos requieren ayuda externa y cooperación, pero mientras Amidala tiene la honesta amistad de los Jedi, los Gungans y de Anakin, Palpatine usa y traiciona a su reina y a la Federación de Comercio, ninguno de los cuales se da cuenta que lo que han estado haciendo lo beneficia.   

La dualidad de Amidala se resuelve hacia el final de la película, pero la de Palpatine se mantiene intacta.  Sabemos que eso cambiará cuando finalmente se convierta en el Emperador, entonces sus dos mitades, Palpatine y Sidious se unan en una.  La dualidad de Anakin está a aún por manifestarse.  Su destino como Darth Vader eventualmente se desarrollará, y al final, luego que Luke, lo salve, Anakin regresará a su antiguo estado de unidad. 

Para finalizar ésta sección, voy a revelarles el simbolismo más cool de la película.  La gran tragedia que ocurre en La Amenaza Fantasma es el colapso de La República.  Si, esto sucede en la película, pero puedes perdértelo fácilmente… porque ocurre fuera de la pantalla.  Ese evento, es la elección de Palpatine como Canciller de La República.  No se nos muestra cuando sucede, pero podemos verlo simbólicamente durante la batalla en Naboo. 

La destrucción de la nave de control de droides de la Federación de Comercio simboliza la toma de poder sobre La República de Palpatine.  Se que puede sonar loco, pero sigan leyendo. 

Ambos eventos ocurren más o menos al mismo tiempo.  Anakin utiliza de manera inocente el lado bueno de La Fuerza para infiltrar la fortaleza enemiga sin siquiera intentarlo.  Palpatine utiliza engaños y conspiración, además del lado oscuro de La Fuerza, para asumir autoridad suprema sobre La República atacándola desde dentro.  Anakin destruye accidentalmente la nave de batalla con varios torpedos dirigidos a su reactor principal.  Palpatine destruye intencionalmente a la República con torpedos dirigidos al Canciller Valorum y convirtiéndose en el sucesor más atractivo para ocupar el cargo.  Con su nave de comando destruida, los droides colapsan sin vida… es una victoria jubilosa para los chicos buenos, pero superficialmente, en un nivel más profundo, esos droides rotos representan a todos los mundos libres de La República, que acaban de caer a la tiranía como resultado directo de una elección que ocurrió muy lejos por allá en Coruscant.  Nadie, excepto Palpatine lo sabe aún, pero La República ya está muerta. 

Aquí concluye el análisis sobre el simbolismo, la dualidad y la simbiosis de La Amenaza Fantasma.  Probablemente algunos de los significados que he identificado son cosas que George Lucas no había imaginado y seguramente hay muchas cosas más que están allí pero que no vi.   Pero lo que en verdad espero es por lo menos haberles dado una perspectiva fresca en cuanto a la profundidad y complejidad del Episodio I 

Y ya es suficiente de alabanzas de mi parte acerca de lo fantástica que es ésta película.  Entiendo que existen aquellos que piensan que la película apesta…

Es hora de que me enfrente a ellos.

¡Vamos allá!

Aquí termina el Episodio II de éste ensayo.  La próxima semana se publicará el Episodio  IV: Nos Aplastarán, Nos Cortarán En Pequeños Pedazos y Nos Enviarán Al Olvido. ¡No se lo pierdan!

1 comentario:

  1. BB: Muy bien!!!!! Espero el próximo ensayo ansiosamente jejejeje....Excelente análisis!!! minucioso en el desarrollo de los personajes, sus dualidades, paradojas e interconexiones con los factores externos...Los valores, emociones y juicios están presentados con mucha armonía y coherencia...Besitos... I love you. =)Loraine

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